sábado, abril 18

Día 34 (Sábado 18 de abril)

Hoy, la pauta oficial habló de 127 personas contagiadas, aunque no reportó ningún nuevo caso. Ayer, con la opacidad acostumbrada, mencionaron 23 nuevos pacientes, de los cuales 20 ó 21, dicen se dieron en una academia de peloteros en Margarita. Un salto importante cuando me asomo a las de dos o tres días anteriores. Mañana, si amanezco con ganas, para no hacerlo ahora y llevarme a la cama las cifras, voy a revisar cómo va el mundo. He sido mezquino. Aunque ha sido más por negación que no he dejado sentados esos datos. Volví por víveres el día de hoy y algo de proteínas que mañana llevaré a mamá. Me pregunto qué está bien. Si dejarle la bolsa junto a la reja de su edificio y que se acerque a retirarla una vez esté yo en el carro de nuevo. O darnos el lujo de un abrazo. Hoy fue un día de limpieza. Y quizá luego de este ejercicio trabaje un poco. Ayer tomé un atajo y acudí a Bolaño para completar esta entrada. No fue un buen día home office. Estalló una pequeña crisis. Nada nuevo. O sí. Nuevo es que ocurra fuera de la oficina. Ese espacio que nos inventamos y que opera como una alfombra debajo de la cual, a las cinco de la tarde, escondemos el día. Pasó que esa alfombra ahora está en casa. Y basta con que a medianoche despiertes, camines hasta la cocina por un poco de agua, y en el trecho te topes con ese bulto que antes abandonabas y ahora te vigila. No puse nada en twitter, y apenas alimenté @microcuentos y @POPesía. Tampoco LinkedIn. Fue bueno que allí sólo me exigiera cinco líneas los días laborables. Este un buen tiempo para revisar algunos de los conceptos que a diario abrazamos. Ayer me pasé el día entero pensando en el éxito. Incluso lo hice tuit. Hoy, una persona que no me sigue respondió a mi propuesta y puso, a secas, Empatía. Ordené el escritorio. De niño siempre jugaba a tener un escritorio con dos teléfonos. Es definitivo, tengo que revisar a qué llamar éxito en la vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No te prives de opinar.