lunes, mayo 18

Día 64 (Lunes 18 de mayo)

Día 64, la casa es el gimnasio de la memoria. Escribí en Twitter esta mañana.

Hace días no apuntaba la cifra de contagios. 77 nuevos casos es el número oficial. 618, el nuevo total. En los dos últimos días ha crecido de una manera importante la cifra. Justo cuando hasta en lugares tan cercanos como República Dominicana anuncian la vuelta a la nueva normalidad
  
La ciudad sigue arropada por un humo que no permite ver con claridad el Ávila. Como si esa espesura quisiera competir con lo brumosa que resulta mi memoria en este momento. El confinamiento es también un reto. Me impone una tarea lenta y dolorosa que hecha a conciencia, supone otorgarle a estas horas de incertidumbre un lugar en mi historia personal. No es caprichoso. Así, me será más sencillo cuando necesite echar mano de las nuevas emociones que -por lo pronto he dispuesto en fila india. Alguna vez como resultado de quién sabe qué lectura, me propuse tener conciencia de las veces que pasara -durante el día- a través del marco de una puerta. Así de obsesivo. Desde el primero al último. En casa. En la oficina. Donde fuera. Mi teoría era que de lograr reconocer, al tiempo que hacía o pensaba en otra cosa, en paralelo, los momentos en que ocurría ese evento tan cotidiano, podía usar su entrenamiento para enfrentar cualquier situación o posición que me adversara en cualquier terreno. No recuerdo cuánto dediqué a esa tarea. Imagino que entonces mis aspiraciones estaban asociadas a mejorar mi temperamento, aún más volátil para aquel entonces. Buscar un desdoblamiento que me permitiera por ejemplo, defender una idea o principio, sin que el calor del momento debilitara la contundencia de mis argumentos. Pero eso lo deduzco ahora. Debí tomar nota  entonces. Dejar documentado para qué lo hacía. Lo peor es que iba yo por allí exponiendo mi nunca probada teoría, aunque no disparatada del todo, y recomendando su uso. Un marco de puerta, un segundo de conciencia. Sin perder el paso, palabra o pensamiento. Incluso todo al mismo tiempo. Debo encontrar algo así para ordenar lo que es tan lento y tan frenéticamente sucede en estos días tan espesos. Mi memoria es un músculo que no obedece, hasta que pueda probar lo contrario. 


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