miércoles, marzo 18

Día 3 (Miércoles 18 de marzo)

Hoy dieron nuevas cifras de contagios. Aunque hay algo de no haber dicho nada pues, extrañamente, afirmaron que se mantenían los 36 casos de ayer. Creo haber apuntado 33. De cualquier manera, todo está envuelto en esa cosa turbia que empaña todo lo que la historia oficial toca. Nos mantuvimos un día más sin asomarnos a la calle, sin esperar medallas ni reconocimientos televisivos, apenas con la esperanza de estar haciendo lo correcto para evitar que la pesadilla se prolongue. En Italia la pasan peor aún que en España, suelo en el que –exactamente a 6.954 kilómetros de distancia– se encuentra Manuel, ese primer movimiento de mi corazón, y a quien quisiera estar abrazando ahora mismo. Afuera el tránsito nocturno se reduce a una o dos motos de baja cilindrada, cuyos escapes bajo otra situación resultaría aún más sospechosos. Ahora sólo especulamos se trata del envío desde una farmacia cercana y que con salvoconducto transportan el necesario alivio de un alma quebrantada. En un apartamento de un edificio vecino alguien estornuda desde los tobillos, con tal estruendo que logra un eco que le vendría de perlas a una pieza de música electrónica. Me preocupa esta última imagen que comparto. Llevo el día entero lidiando con pensamientos así. Mejor intento dormir.

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